Conforme más tiempo paso aquí, más cuenta me doy de que la mujer, pese a que esté mejorando su situación en la sociedad, continúa siendo la que debe servir el café si hay invitados en casa o no sonreir a un hombre por si acaso piensan que es una "fresca". Durante un tiempo pensé que cada vez estaban mejor, pero cuando hablo con chicas jovenes siempre encuentro las mismas opiniones. Yo, además, tengo la suerte de ser una extranjera cómplice de sus opiniones convertida en una vía de escape cuando la expresión de las ideas va más allá de lo políticamente correcto.
Reem me cuenta que el año que viene se va a Inglaterra. No se quiere separar de su familia, pero irá para estudiar un máster. Me hace mil preguntas sobre Europa y yo le cuento lo que pienso. Le digo que allí se sentirá como una más, no como una menos o como ninguna. Ella me dice que allí podrá hablar de política, porque aquí no se puede. También que allí podrá hablar con chicos y sonreir sin problemas. Pero aunque se integrará bien, su costumbre de evitar miradas masculinas será difícil de cambiar. Muchas veces, cuando quedan fuera de la vista de otras personas, sus amigas y ella discuten sobre las relaciones sexuales previas al matrimonio. Su última conclusión es: ¿Por qué no se puede? Y eso que Reem es tan religiosa que, el día que pensamos en lo que nos llevaríamos si nos fuéramos a una isla desierta, ella dijo: "Una foto de Jesús".
Isra es de otra manera. Isra censura con la mirada cualquier comentario que su cabeza no pueda concebir. Su rey es maravilloso (¿y por qué no?) y su meta es casarse (¿y por qué no?). Isra no se plantea un cambio porque ella vive bien y es feliz. No habla con sus amigas de la diferencia entre hombres y mujeres, es más, la aprueba. Y dice que internet va en contra de la religión. Isra opina muy mal sobre el hecho de que las extranjeras no estén casadas. La última pregunta que me ha hecho ha sido: ¿No te parece raro que todas estas mujeres no se casen?
Para mí, ambas son magníficas. Aunque me gustaría que hubiera cada vez más mujeres como Reem. Tradicionales pero inconformistas.
Y eso no pasa solo en sociedades como esa, o en una sola religión. Tengo una compañera de clase rusa y judía, aunque plenamente integrada en EE. UU. Muy inteligente. Pero, aparte de ser una capitalista convencida, construye frases del tipo "ese vestido no es adecuado para una mujer casada"o nos cuenta que su novio no la deja salir en chandal a la calle ni para ir al gimnasio, o que tiene que ponerse guapísima cuando sale con él aunque él no se planche la camisa. buuuuuuuf. Sigue contándonos cosas chica, que este blog está muy interesante.
ResponderEliminar