viernes, 18 de diciembre de 2009

De despedida

A falta de tres días escasos para volver a casa, ya nos van subiendo los nervios por el cuerpo pensando en los reencuentros con toda nuestra gente que la verdad es que la hemos echado mucho de menos. Para hacer más llevadero el día, hoy hemos cobrado el cheque (lo cual siempre es una alegría) y la ciudad está envuelta en polvo, que no es que de la misma satisfacción, pero por lo menos es una cosa nueva.

El hecho es que unas cuantas veces al año –según nos han explicado- el viento del desierto arrastra la arena de la Península Arábiga hacia el norte, y por un día o dos la ciudad está cubierta de polvo. No es nada serio, parece más bien niebla, pero a los que tienen pelo, placer del que un servidor no disfruta, pues como que les molesta un poco.

Y eso es todo. Últimamente nos da por pensar en cómo ha ido el año, y la verdad es que ha estado genial. Hemos aprendido dos lenguas, viajado un montón (o por lo menos los primeros seis meses), comido y bebido cosas riquísimas, conocido a un huevo de gente, trabajado como profesores –que a mí la verdad que me encanta- y encima nos quedan perras para volver el año que viene, así que nada más que pedir.

El año que viene intentaremos seguir viajando por la zona –Irán, Palestina y Egipto, próximos objetivos-, hablar mejor el árabe y por supuesto, currar de lo nuestro, a ver si nos salen bien las cosas y vamos publicando cosas.

Y nada más. Que como no sabemos si escribiremos algo antes de volver por aquí el día 9, pues os deseamos a todos que paséis unos buenos días y que tengáis un feliz año nuevo, con el fiestón que eso incluye (no me tengo de ganas de salir por ahí con un Minor en el morro!!...). Pues eso, que un beso para todos/as y que hasta pronto!!!

Para despedirnos del todo, os voy a contar el chiste que me dijo el otro día el taxista beduino que me llevó a casa:

Esto es un beduino que está en el desierto. Se pasa los días solo en compañía de su camello. Una noche, tiene un sueño muy calenturiento en el que folla apasionadamente con una mujer guapísima.

Como se levanta muy muy caliente, se va directo para el camello e intenta metérsela por el culo, pero cada vez que se la va a meter, el camello se levanta y no le deja.

Ese mismo día, aparece un jeep con extranjeros, y una americana le pide un cigarro al beduino, diciéndole que se muere de ganas por fumar. Se lo fuma con avidez, y cuando acaba, completamente satisfecha, le dice al beduino: “como recompensa, ahora haz conmigo lo que quieras”.

El beduino sonríe, le coge de la mano, y mientras le arrastra hacia el camello le dice: “Tú aguántame a este cabrón para que no se suba hasta que se la meta!!”

En fin, tan malo como uno español cualquiera, si es que en el fondo no somos tan diferentes…

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