miércoles, 1 de julio de 2009

Beirut, capital del techno




Hay ciudades que se han erigido como centros oficiales de marcha, fiesta, farra o jarana. En España tenemos algunas de ellas, puede que no sean todas conocidas a nivel internacional, pero fiesta tras fiesta, nos empeñamos en ello. Sin embargo, nunca hubiera imaginado que Beirut fuera una de ellas.

Le llaman el París del Medio Oriente y, después de visitarlo, así es. Sales de Siria, que no es precisamente la capital de la moda, y llegas a esta ciudad, en la que cuando das un primer paseo las tiendas de Valentino, Giorgio Armani, Versace, junto a hoteles de cinco estrellas y una urbanización cuidadísima te hacen pensar que estás en otro país de corte europeo, americano o “vetetuasaber”. Por supuesto que hay zonas no tan lujosas, pero el centro de la ciudad tiene este marcado carácter “viva la vida loca”.

La ciudad que durante el día ha visto ejercitar bonitos cuerpos en la Corniche (paseo marítimo) mientras otros se alimentan en Mc´Donals, da paso por la noche a una caravana de bellas y bellos libaneses, que embutidos en conocidas marcas, pasean su palmito o promocionan discotecas.

Cuando visité Miami (Florida) pude darme cuenta de la cantidad de silicona que se puede llevar en el cuerpo (que, en ocasiones, queda bonita), de cómo “mola” que una limusina te lleve gratis a la discoteca que te gusta, y de cómo las marcas y la moda pueden calar tanto en una sociedad (no en una parte de la sociedad, sino ponerle el sello a una ciudad). Beirut es el Miami de Oriente Medio con sus limusinas, sus flyers, sus discotecones y sus bellezones.

Una ciudad en la que por la noche las terrazas de los hoteles se convierten en discotecas, cuya música suena en la calle, donde hay conciertos, donde puedes salir “de bares” a tomar una caña, donde hay “after hours” y donde pueden darte las 12 del mediodía saltando de bar en bar. Y lo mejor de todo es que la gente no se queja, a la gente le gusta y no les rebajan el horario por ley. Olé!

Hasta el instituto Cervantes se apunta a la moda, si hay que organizar la Fiesta del Español, se organiza y bien. Escenario con pinchadiscos, música a tope en la calle, gente bailando y cervezas gratis para todo el que quiera. Un placer bailar la macarena y a King África en mitad de la calle. Ahí sí que me sentí española de pro!

P.D.: Eso sí, si quieres comprarte un revista porno, tendrás que adivinar la portada y abrirla en casa.

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