martes, 26 de mayo de 2009

Nuestros queridos taxistas


Mientras un inglés y un alemán intercambian música tecno en frente mía y Vica se dispone a cocinarse unos apetitosos noddles, yo me dispongo a reafirmar una de las verdades más extendidas entre los pobladores del planeta Tierra: los conductores de taxi son unos capullos!!

Siempre piden más dinero del que hay que pagarles (y siempre se enfadan cuando les dices que no); usan cualquier artimaña para arañar unos centimillos (o unos cuantos euros), véase dar un rodeo, no encender el contador o no ponerlo a cero cuando entras en él; o inventarse tasas inexistentes.

En fin, que salvando las excepciones, que siempre las hay, todos tenemos nuestras historietas de malos rollos y mosqueos con los susodichos, quejosos siempre del precio de la gasolina y de lo mal que viven (¿alguno ha hablado con algún taxista satisfecho con su vida? Por favor lo indique…).

Aquí desde luego que cumplen con los cánones con creces. Lo mejor de todo es que hay un espécimen desconocido hasta ahora: el del taxista que si no te puede engañar y cobrar más de lo que debe no te lleva, aunque sea ganando lo que sería normal. Es una reacción de niño tonto y mimado, algo así como una pataleta, con la que vienen a decir: “tonto extranjero, si no te dejas engañar, aunque sepas como funciona esto, pues no te llevo en mi coche, que para eso es mío”.

Por todo ello, desde aquí quiero hacer un llamamiento a todos aquellos taxistas del mundo malhumorados y renegones (inevitablemente me vienen a la cabeza los madrileños) para que, por un día, se cuelguen una sonrisa entre las orejas y no profieran ni un solo bufido ni lastimera queja, para que traten a sus clientes con amabilidad e incluso con cariño y para que, de una puta vez, cobren lo que tienen que cobrar sin esperar sacar más. Ahí queda.

PD: Quede claro que también hay excepciones, gente amable y dicharachera con la que es un placer viajar, aunque sea por un momento. Para ellos mi respeto y mi reconocimiento como faros que deberían guiar a los de su profesión.

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